Resumen y conclusiones

Esta semana el presidente se pronunció en redes sociales sobre las precondiciones para el levantamiento del cepo, agregando como flamante incorporación a la convergencia de la inflación con el ritmo de crawling “en un entorno cercano al 0% mensual”.

El gobierno parece convencido de que puede eliminar la inflación cortando con la emisión monetaria y profundizando el ancla fiscal, pero lo cierto es que el tiempo apremia: sin mediar cambios en el esquema cambiario y sin fondos frescos ni rollover de la deuda, para 2025 existe un gap potencial en el balance cambiario de unos USD 13,000 millones.

El gobierno tiene dos alternativas: levantar el cepo, conseguir fondos frescos (del FMI o mercado) o una combinación de ambas. Levantar el cepo, si bien conlleva riesgos de corto plazo, constituiría el principal driver para darle certidumbre a la renovación de la deuda. Independientemente de cuál sea la hoja de ruta, el mercado descuenta que más temprano que tarde las restricciones cambiarias tienen que levantarse.