Brecha cambiaria: el termómetro del plan de ajuste en tres velocidades
Hasta aquí, el “Plan Massa” puede describirse como un plan de ajuste en tres velocidades: de shock, cuando se lo evalúa en el plano monetario, gradualista cuando lo hacemos en términos fiscales, y procrastinador en el plano cambiario. El facilitador de esta inconsistencia temporal en estos tres planos fue el “USD soja”, a nuestros ojos un caballo de troya que lleva consigo un adiós al régimen cambiario tal cual como lo conocemos y preanuncia un desdoblamiento más formal y más amplio.
El timing de esta secuencia está librado a la evolución que tenga la variable suelta de este rompecabezas: la brecha cambiaria, cuya gestión implícitamente estaba en manos de la mejora de expectativas que implicaba este cambio de rumbo de la política económica.
Tras la Comunicación “A” 7609 del BCRA, tres factores que quedaron en claro:
1) el agro siguió liquidando a muy buen ritmo, por lo que el éxito de corto plazo del USD soja no se vio afectado;
2) la grieta tácita entre el BCRA y Mecon ahora es explícita, y esmerila la capacidad mantener en el tiempo la inconsistencia entre las diferentes velocidades que antes mencionábamos, y;
3) la brecha empezó a ampliarse nuevamente, acortando los plazos de definiciones en el plano cambiario.